Cada verano llega la época de los partidos de pre-temporada, de los nuevos fichajes, de los nuevos proyectos de los recién ascendidos..¿pero que ha pasado este verano?
El balón ha dejado de tener tanta importancia y los ceros a la derecha han empezado a realizar las primeras alineaciones. ¿Dónde ha quedado ese sentimiento por el equipo de la infancia? Hace tiempo que pisar el césped depende más de qué hiciste en su día que de lo que estás haciendo. Este año ha sido el verano de las nuevas delanteras. 85M por Lukaku, 80M por Morata...vaya inicio de verano y eso que sólo fue el aperitivo. Hace 7 años se pagaba 65M por un Balón de Oro como era Kaká o 95M por uno de los mejores delanteros de la historia como es Ronaldo.
Lejos ha quedado ver leyendas de un club propio como Giggs, Casillas, Puyol, Totti... hoy en día un simple numerito (o numerazo mejor dicho) en un contrato es capaz de acabar con todo ese amor que cada vez está más está en extinción. Y es que si algo se ha demostrado es que aún tocando el cielo se puede cambiar el sueño por algo más modesto por ese dichoso numerito como hizo un brasileño que decía mar al FC Barcelona y firmó una renovación millonaria meses antes.
En otros lugares triunfan jugadores cuyo valor fue de risa si lo comparamos con su valor actual. Chicos de 20 o 21 años dejando en evidencia gente de 27 cuyo valor fue brutal. Eso también es el fútbol. Una gota de sudor o que simplemente se coree un nombre puede valer más que una cifra. Quizás esto sea solo temporal, pero mientras triunfe el fútbol basado en el trabajo desde lo más bajo...¡DISFRUTEMOS!
En otras palabras...el fútbol está en las oficinas, en el papel o en los números pero al final se demuestra con dos botas puestas. Pero si no dejamos ponerse las botas a muchos para que triunfen unos pocos; esto es un deporte personificado en un agujero negro.
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